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30 de abril de 2020Relación entre inflamación cerebral y enfermedad mental
22 de junio de 2023Durante este año hemos incluido en nuestro vocabulario palabras como citoquinas y hemos aprendido que la reacción inflamatoria de nuestro cuerpo puede ser dañina. Pero esto solo ocurre cuando la inflamación es excesiva como en el caso de una infección como con la COVID, o ante una alergia o cuando la inflamación se hace crónica como en el caso de enfermedades reumáticas, obesidad, cáncer, asma, enfermedades neurodegenerativas, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares… e incluso la inflamación puede ser un factor que incide en el envejecimiento no saludable, la fatiga y la enfermedad mental. Estudio.
Habitualmente la inflamación es el mecanismo reparador de nuestro cuerpo. Nuestros tejidos para mantener su funcionamiento apropiado y homeostasis (equilibrio) o ante situaciones nocivas o cuando sufren una lesión o son atacados por un microorganismo patógeno, reaccionan produciendo una respuesta inflamatoria. La inflamación, mediante el aumento del flujo sanguíneo y la permeabilidad capilar, y la emigración de leucocitos, nos permite eliminar los patógenos, reparar, reconstruir o eliminar células o tejidos dañados y eliminar sustancias nocivas o tóxicas. Aunque para que esta reacción inflamatoria sea reparadora y nos ayude a retomar el equilibrio debe de estar bien regulada.
Ante cualquier tipo de estrés físico o psicológico se produce una reacción neuroinmunoendocrina de respuesta de nuestro organismo orientada a recuperar el equilibrio saludable. Sí esta reacción no consigue alcanzar el equilibrio fisiológico (nivel de O2, PH, hidratación o gasto energético apropiados) o aunque lo consiga si se mantiene el estrés psicológico la reacción neuroinmunoendocrina se mantendrá crónicamente alta entonces se desarrollarán enfermedades.
El estrés psicológico puede estar originado por una disfunción social de algún tipo como conflictos, aislamiento, o por preocupaciones ante una situación de riesgo. La reacción de alerta puede mantenerse incluso cuando hayamos conseguido superar la adversidad, puede ponerse en marcha o mantenerse pese a no existir agentes estresantes de importancia debido a alguna respuesta emocional negativa o ansiedad. De cualquier forma siempre que no recuperemos el equilibrio nuestro sistema nervioso autónomo simpático se activará y estará preparado para iniciar respuestas de tipo lucha o huida. Estas respuestas pueden ayudarnos a alcanzar el equilibrio, pero en muchas de las situaciones estresantes a las que nos enfrentamos hoy en día, este tipo de respuestas de lucha o huida no son posibles o generan más problemas por lo que se mantendrá una alta activación neuroinmune hasta que el organismo no pueda mantenerla más por el gran coste que le supone. El sistema se agotará y aparecerán problemas inmunológicos, inflamación crónica y enfermedades. Tenemos que saber que no podemos mantener este tipo de activación durante periodos prolongados sin consecuencias. Por ello la única forma posible de afrontar este tipo de situaciones que no están bajo nuestro control es mediante el aprendizaje y la búsqueda de apoyo social. De esta forma podemos conseguir bajar el estrés psicológico o las reacciones emocionales negativas.
El cortisol, una de las hormonas implicadas en este proceso se encarga de detener la respuesta inmune y la inflamación. Sin embargo el estrés crónico, así como el envejecimiento, hace que el sistema inmunológico se haga resistente al cortisol y aunque se mantenga elevado no consigue detener la respuesta inmune y la inflamación no cesa. Estudio.
De esta forma el estrés psicológico y las emociones negativas persistentes están relacionados con respuestas inflamatorias e inmunológicas alteradas que pueden producir o exacerbar enfermedades mentales y físicas. Sabemos que la enfermedad inflamatoria intestinal está relacionada con el aumento del cortisol durante el estrés persistente. Los altos niveles de citoquinas inflamatorias producidas por el estrés generan inflamación cerebral y están implicadas en la etiología de la esquizofrenia y otras alteraciones cerebrales y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Estudio.
En cambio el bienestar psicológico, sentirse valorado, la relajación, el sueño profundo entre otros factores, están relacionados con una respuesta neuroinmunoendocrina reparadora. Daniel Montoya 27/6/2021/ 651842333/ daniel@atulado.org.es